Una realidad innegable es que la TD de la salud es un proceso complejo, multifacético, largo y costoso. De hecho, numerosos reportes y artículos de prensa internacionales han hecho eco de esta dificultad. En 2019, un artículo de Boston Consulting Group señaló que hasta un 70% de los proyectos de transformación digital no logran los beneficios esperados.1 Otro estudio sobre grandes empresas en Estados Unidos (EE. UU.) indicó que solo un 9% de los proyectos digitales son completamente exitosos, un 53% estaban por encima del presupuesto, un 68% se completaron de manera tardía y solo un 42% de las características previstas eran funcionales. 2
Es comprensible que, en un sector tan sensible como la salud, el riesgo de fallar mantenga alejados a gobiernos e instituciones de abordar a cabalidad una TD. En ALC, existen desafíos en varios ámbitos, incluyendo brechas de acceso a equipamiento y conectividad, restricciones fiscales, limitaciones de habilidades digitales y resistencia por parte de los profesionales del sector.
Sin embargo, los desafíos no acarrean el fracaso. Con frecuencia, la causante de que la eficacia se encuentre con tropiezos es la ausencia de una estrategia integral y de un compromiso sostenido por parte de quienes lideran las iniciativas de TD. De hecho, al permitir que se aborden los grandes desafíos del sector y mediante el fortalecimiento de los sistemas sanitarios, la transformación digital agrega valor a lo largo de las diferentes etapas. Para esto, es preciso adoptar un enfoque intencional, holístico y a largo plazo, enmarcado en los Principios para el Desarrollo Digital (PDD) y en los 8 principios rectores de la transformación digital del sector de la salud , e interviniendo en todas las áreas clave. Esta publicación navegará, a continuación, cada aspecto práctico de este enfoque y señalará los campos específicos de la región en los que la TD presenta un enorme potencial.
Antes, es importante revisar algunas concepciones erróneas que comúnmente obstaculizan el éxito de estos desarrollos.
Más que objetos resplandecientes
Cuando se escuchan términos como “sistemas de historias clínicas electrónicas”, “motor de interoperabilidad”, “telesalud” o “receta electrónica”, es posible pensar que la transformación digital se trata de o está centrada en la adquisición de hardware o software. Paradójicamente, lo más importante de la TD no es lo digital per se.
Asumir que la compra de la “última” herramienta o tecnología “de vanguardia” será lo que logrará el impacto transformador en el sistema de salud, es una receta al fracaso. Tampoco se trata de mantener los procesos como están y lanzar una “aplicación”. Una TD exitosa está compuesta de un portafolio de proyectos e inversiones en seis dimensiones claves: gobernanza y gestión, personas y cultura, política y práctica de salud informadas, infraestructura, infoestructura y aplicaciones y servicios digitales del sector.
No hay medios saltos
En temas de salud digital, la matemática es sencilla: un 50% de inversión no equivale a un 50% de resultados. Es necesario dar el salto completo. Acometer TD bien diseñadas y ejecutadas requiere la toma de conciencia de parte de los países de que los costos implicados sobrepasan con mucho la compra de un sistema de información. Se estima que, en promedio, la inversión debe comprender entre un 3 y 5% del presupuesto sanitario nacional.3 En ALC, una de las principales fallas en la implementación de la TD en salud es la falta de asignación de los recursos requeridos.
Si el objetivo es alcanzar soluciones a largo plazo, es indispensable, primero, aumentar la inversión; segundo, realizar inversiones eficaces, sostenibles y equitativas; y, tercero, implementar las inversiones de manera coordinada. Sí, la tecnología puede ser transformativa, con la implementación adecuada y, siempre y cuando, las inversiones se hagan bien.
Empieza hoy, planifica para mañana
El éxito de la TD también implica el compromiso político de poner en marcha un proceso de creación conjunta entre todos los actores relevantes al sistema de salud,4 que sea participativo y sostenido en el tiempo. Es el compromiso de un país que comienza a generar ganancias en el corto plazo, pero que para generar todo su potencial debe ir más allá de un gobierno, un sector o una gestión. Esto se debe a tres razones. En primer lugar, la auténtica transformación radical de un sistema de salud requiere más de tres, cinco o seis años. En segundo lugar, la naturaleza del desarrollo de la TD requiere de mayores plazos para madurar. Por esto, es necesario crear políticas de Estado que tengan continuidad más allá de un gobierno. Dicho esto, existen importantes avances que se pueden lograr a corto plazo con liderazgo y determinación. Finalmente, la TD debe partir de una visión del estado futuro del sistema de salud generada por todos los actores clave del ecosistema dentro y fuera del gobierno –con énfasis en los ciudadanos– seguida de un accionar integral y robusto de todo el sector. Lo contrario implica un cambio constante de direcciones, planes, equipos, asignación de fondos e indicadores de cumplimiento que, en el mejor de los casos, lleva a enormes pérdidas de inversión y, en el peor, a un costo colosal en la pérdida de vidas y el deterioro del bienestar de la población.
A pesar de los riesgos y los obstáculos, de los conceptos erróneos, de las resistencias a la TD, múltiples experiencias internacionales destacan el singular valor de este proceso para mejorar la respuesta en la calidad y la eficiencia de la prestación de servicios públicos y para la preparación ante futuras crisis.
Al reconstruir una mejor región poscoronavirus, ALC tiene la oportunidad histórica de priorizar el rediseño de la salud pública para transformar la vida de los pacientes, resolver problemas sociales y promover una mayor equidad. No solo porque puede, sino porque debe.
A continuación, se explora el potencial de este proceso en la región.
Referencias:
1 Patrick Forth et al., “Flipping the Odds of Digital Transformation
Success”, BCG, 29 de octubre de 2020.
https://www.bcg.com/publications/2020/increasing-odds-of-success-in-digital-transformation
.
2 The Standish Group International, The Chaos Report, (s.l.: s.n., 1995),
2. https://www.csus.edu/indiv/r/rengstorffj/obe152-spring02/articles/standishchaos.pdf
3 International Standards Organization (ISO), “Health informatics –
Capacity based eHealth architecture roadmap – Part 2 Architectural components and
maturity model”, (Standard, ISO/TR 14639-2, 2014), https://www.iso.org/standard/54903.html.
4 Gobierno, sector privado, academia, entidades financiadoras y
aseguradoras, ciudadanos y asociaciones y gremios, entre otros.