Capítulo XI
Primero, el estado futuro

El camino de la TD de la salud empieza, inequívocamente, por tener una definición clara sobre cómo debería ser el sistema sanitario del país del futuro. En otras palabras, su estado ideal. Esta visión parte de preguntas como ¿qué retos prioritarios atiende y qué problemas soluciona?, ¿cómo favorece el bienestar continuo y la salud de la población?, ¿cómo se comporta ante emergencias? y ¿cómo avanza hacia el futuro?

Suena lógico y sencillo: definir a dónde se quiere ir antes de emprender el camino. La parte complicada, comúnmente omitida, y que constituye un factor de éxito fundamental para la TD de la salud, es que esa definición requiere una visión consensuada de todos los actores del sistema, sin excepción. Esto representa un reto, especialmente en sistemas de salud fragmentados como los de ALC, donde cada parte funciona aisladamente y tiene su visión sobre a dónde se debe llegar, por qué y cómo. El reto se agrava, además, a raíz de las brechas de comunicación que suelen existir entre los diferentes actores. Estas abundan, por ejemplo, entre quienes usan las herramientas digitales (el personal de salud y los pacientes) y quienes las procuran (los informáticos). Al respecto, un médico prominente con amplia experiencia en el campo clínico y en el de las TI lo ilustró elocuentemente: “Durante décadas, los médicos no tenían idea de lo que querían y los desarrolladores de software les dieron exactamente eso”.1 Otro obstáculo común, y no menos importante, está en el cambio súbito, radical o repetido de esa visión. Esto suele ocurrir, por ejemplo, con cambios de gobierno, a raíz de los cuales se suelen replantear los objetivos y procesos pasados.

El segundo aspecto es asegurar que el desarrollo y uso de la tecnología basada en datos promueva la inclusión y respete la diversidad de la población con respecto a género, edad, raza, nacionalidad, etnia, orientación sexual, discapacidad y nivel socioeconómico. Esto requiere erradicar la llamada pobreza de datos,2 que limita la capacidad de individuos, grupos o poblaciones de beneficiarse de un descubrimiento o innovación debido a la escasez de datos adecuadamente representativos. Asimismo, cuando esos datos se operacionalizan en sistemas algorítmicos de toma de decisiones e inteligencia artificial pueden generar intervenciones excluyentes, ineficientes o incluso dañinas para ciertas personas y poblaciones.

“Si no sabes a dónde vas, todos los caminos te llevan ahí”.

- Lewis Carol -
Alicia en el país de las maravillas

Afortunadamente, hay metodologías disponibles que han sido ampliamente utilizadas en varias industrias3 y por la OM4 para responder a este tipo de problemas y ayudar a los países a llegar a su definición de estado futuro.

La clave está en un ejercicio continuo de participación amplia y transparente, en el que los diversos actores del ecosistema digital del país —que no se limitan únicamente a aquellos en los campos de salud y tecnología— se pongan de acuerdo acerca del sistema de salud ideal, para luego definir cómo la tecnología lo apoyará.

Un punto de partida común es un ejercicio de discusión que conlleve al acuerdo de, al menos, las principales características deseables en el sistema de salud. En el contexto actual, en ALC, la calidad, la eficiencia y la equidad, deberían ser la piedra angular de la conversación. Aspectos como la prestación de la atención, el financiamiento de los costos y el papel del ciudadano también pueden contribuir a la construcción de una visión homogénea. Otro requisito importante en la dinámica de discusión es el enfoque inicial en objetivos, sin detenerse en los obstáculos. La visión de un estado futuro ideal debe ser, pues, ideal. Es decir, creada a partir de las metas y no de las limitaciones. Esta etapa en el camino de la TD del sistema sanitario se trata del qué es y no del cómo se logrará. De esta forma, las dinámicas de participación y creación conjunta de la visión incluyen las siguientes preguntas: ¿cómo imaginan los servicios de salud en un futuro mejor? y ¿qué pasa en ese escenario ideal?

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Conoce tres recomendaciones clave para iniciar el proceso hacia la historia clínica electrónica.

“Cada país tiene necesidades diferentes y es responsabilidad de los líderes nacionales prever un estado futuro exitoso, [entender] cuáles son los factores de éxito para lograrlo y centrarse en eso antes que en cosas que están de moda pero que no son esenciales.”

El BID cuenta con experiencia en la implementación de esta metodología en varios países de ALC y en la promoción exitosa de una discusión efectiva y acuerdos entre actores. En esta trayectoria, se identifican 4 aspectos fundamentales:

  • Apoyo genuino de las altas autoridades. Sin este, el proceso perderá credibilidad y no obtendrá la convocatoria, la dedicación y el involucramiento necesarios.
  • Participación amplia del ecosistema. Un error común es realizar una convocatoria limitada a los actores inmediatamente responsables. El resultado es un punto de vista sesgado hacia lo informático, lo legal o lo sanitario y, como consecuencia, le resta legitimidad frente al resto de los actores.
  • Dinámica constructiva de diálogo y capacidad de compromiso. Este último factor dependerá del tono que se establezca al inicio del diálogo y de la motivación de los participantes de avanzar hacia la TD. Esto requiere que los actores se desprendan de la mentalidad de los problemas diarios y los retos inmediatos para plantear, sin ataduras, el futuro ideal. Por ejemplo, un ejercicio común en estas dinámicas plantea el interrogante de qué debería decir una portada de prensa, 10 años en el futuro, sobre los logros del país en salud digital.
  • Validación y retroalimentación a los participantes. El cierre del ejercicio debe confirmar la visión acordada y reflejar, de manera formal y por escrito, el deseo de todos los participantes de avanzar hacia esta..

La reflexión “la mejor manera de predecir su futuro es crearlo” se atribuye a Abraham Lincoln y también a Peter Drucker, destacado consultor, profesor y escritor, considerado por muchos como el mayor filósofo de temas gerenciales del siglo XX. Más allá de su origen, el mensaje acarrea la poderosa lección de que la mejor forma de crear el futuro que se desea es siendo un jugador activo en los eventos a medida que se desarrollan.

Como todo camino, la transformación de los sistemas sanitarios requiere una meta: esa visión que encarna el deseo de crecer y mejorar, así como las esperanzas y los ideales, y da un sentido de propósito. La tarea en este paso del proceso de transformar la salud de la región comienza, entonces, por imaginar lo posible.

Referencias:

1 Fred Trotter y David Uhlman, Hacking Healthcare: A Guide to Standards, Workflows, and Meaningful Use, (s.l.: O’Reilly Media, Inc., 2011).
2 Ver Creating your Ideal and Future State Value Stream Map en Lean Manufacturing Tools: https://leanmanufacturingtools.org/598/creating-your-ideal-and-future-state-value-stream-map/.
3 Ver Digital Implementation Investment Guide (DIIG): Integrating Digital Interventions into Health Programmes: https://www.who.int/publications/i/item/9789240010567.