La pandemia de COVID-19 demostró la centralidad de la salud de la población para las
economías y el bienestar social, a la vez que evidenció serios problemas estructurales
de larga data en los sistemas sanitarios. En América Latina y el Caribe (ALC), se
destacaron serias deficiencias en dimensiones básicas como calidad, resultados, costos y
equidad. Hoy, los países deben gestionar la complejidad cada vez mayor de sus sistemas
sanitarios mientras hacen frente a una crisis económica sin precedentes. La
convergencia de estos imperativos hace que el statu quo sea insostenible.
Las personas, no la tecnología, están al centro de una transformación digital. La
pregunta no puede ser ¿cómo modernizo los sistemas de tecnología de la informacón del
sector de salud en el país? La pregunta debe ser ¿qué quiero que los sistemas de salud
del país logren?, ¿por qué necesita el país esta transformación digital?