Una vez establecida la visión de lo que el sistema de salud nacional debe ser y, antes de trazar un plan de acción, es necesario tener una idea clara del punto de partida. Así como las pruebas de diagnóstico desempeñan una función crucial en el manejo de la salud y la enfermedad, estas son vitales en los procesos de TD de un país. Casi nadie empezaría un tratamiento médico sin entender los detalles de su problema. Sin duda, ningún médico recetaría un curso de acción sin ver los exámenes del paciente. Lo mismo aplica a la TD. En esta transformación, los líderes del proceso son pacientes y médicos a la vez. Sin el diagnóstico adecuado, corren el riesgo de tomar medidas a ciegas, perpetuando las enfermedades del sistema de siempre, inclusive después de haber pagado un alto precio.
¿Cómo diagnosticar la salud del sistema?
Recientemente, el BID, junto con otras instituciones como la OPS, desarrollaron una serie de herramientas para ayudar a los países a identificar dónde se encuentran con relación a su visión de estado futuro de salud y dónde se encuentran en cuanto a los componentes de esa meta.
Jennifer Nelson, Especialista en Soluciones
Digitales para la salud
División de Protección Social y Salud.
¿Cuáles son los factores críticos que aumentan las probabilidades de éxito de una TD?
Contar con una cartera de proyectos en cada una de estas dimensiones, alineados con las metas y objetivos de la agenda nacional de salud digital, apoya un proceso de transformación holístico, sostenible y sistémico.
“El diagnóstico
correcto es tres cuartas partes del remedio”.
- Mahatma Gandhi-
Primero, es importante tener en cuenta dos características centrales para una mayor efectividad del proceso: el diagnóstico debe ser holístico y sistémico. Con frecuencia, los proyectos de TD fracasan porque se centran en “transformar” un solo aspecto del sistema. Por ejemplo, se enfocan en dimensionar la brecha en computadoras o software, sin tener en cuenta la situación actual en términos de habilidades digitales de los pacientes o recursos humanos, los procesos de atención o la situación en términos de gobernanza.
¿Qué comprende entonces un diagnóstico adecuado? Necesariamente, evaluar las seis dimensiones clave de la TD: gobernanza, personas y cultura, política de salud informadas, infraestructura; infoestructura y aplicaciones y servicios digitales del sector. Si bien las herramientas recomendadas, a continuación, cumplen en ocasiones más de una función, han sido clasificadas de acuerdo con el ámbito de evaluación que mejor capturan:
Gobernanza y gestión
¿Qué implica?
La estructura de la gobernanza consiste en los mecanismos, procesos e instituciones mediante los cuales todos los involucrados y partícipes del sistema nacional de salud articulan sus intereses, ejercen sus derechos, cumplen sus obligaciones, resuelven sus diferencias y supervisan su funcionamiento. La gobernanza constituye el marco que permite que todos los partícipes trabajen de forma coordinada.
¿Cómo evaluarla?
El mapa normativo de la salud digital constituye la herramienta fundamental. Para áreas específicas de implementación, otros recursos valiosos son los modelos de madurez, entre los que se encuentran el Modelo de madurez de la historia clínica electrónica digital (HCE) y el Modelo de madurez del Sistema de Información para la Salud (IS4H-MM).
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Personas y cultura
¿Qué implica?
Aquellas acciones relacionadas con la comunicación y la adopción de la estrategia de TD por parte de la ciudadanía, así como las requeridas por los recursos humanos a cargo de la salud, quienes deben adquirir las capacidades digitales y de gestión de cambio en su actividad diaria. También forman parte de esta dimensión aspectos claves como el empoderamiento del sector y de la ciudadanía alrededor de la visión y la estrategia del país y los niveles de participación y compromiso de todos los actores del ecosistema.
¿Cómo evaluarla?
Existen encuestas estandarizadas como la desarrollada por el Centro Regional de Estudios para el Desarrollo de la Sociedad de la Información (CETIC) y el Modelo de madurez de telemedicina desarrollado por la OPS y el BID, que incluyen las preguntas necesarias para construir indicadores validados y relacionados con el personal de salud y los pacientes y su relación con las herramientas digitales. La Comunidad de interés liderada por NHS Digital, en el Reino Unido, presenta información y ejemplos útiles al respecto.
Política y práctica de salud informadas
¿Qué implica?
Esta dimensión incluye el uso de la información para el cumplimiento de la función de rectoría del sistema sanitario, así como para el seguimiento y monitoreo de la salud pública del país.
¿Cómo evaluarla?
Los modelos de madurez descritos en la sección anterior también sirven para medir esta dimensión, ya que levantan información acerca de la generación y el uso de información digitalizada para la toma de decisiones de salud pública. Adicionalmente, existen dos modelos propuestos por HIMSS: uno sobre la cadena de suministros y su impacto (CISOM) y el otro sobre la capacidad en su organización en el uso de la analítica. (AMAM)
Infraestructura digital
¿Qué implica?
La tecnología informática requerida en términos de conectividad, almacenamiento, procesamiento, dispositivos, etc.
¿Cómo evaluarla?
Herramientas especializadas de encuestas, como la desarrollada por CETIC.BR han sido implementadas en Brasil desde 2013 y en Uruguay desde 2014. Un importante factor para tener en cuenta son los llamados estándares verdes o de sostenibilidad ecológica en las TIC para reducir los desechos electrónicos. La Comunidad de interés liderada por NHS Digital, en el Reino Unido, presenta información y ejemplos útiles al respecto. Otro diagnóstico que se utiliza es el desarrollado por HIMSS, denominado INFRAM, el cual evalúa y mapea las capacidades de infraestructura tecnológica requeridas para alcanzar los objetivos clínicos y operativos de su organización.
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Infoestructura1
¿Qué implica?
Los componentes tecnológicos para el desarrollo de los procesos de la interoperabilidad sintáctica y semántica del sistema de salud digital, como los repositorios de información clínica, los registros de directorios de identificación de pacientes, productos y lugares, el uso de terminologías clínicas, los componentes relacionados con el control del consentimiento informado a pacientes, la implementación de mecanismos para preservar la privacidad y seguridad del acceso a la plataforma y las reglas para compartir los diferentes tipos de documentos clínicos electrónicos.
¿Cómo evaluarla?
A través de modelos específicos de interoperabilidad, ya sea en términos generales, como el modelo creado por el BID o el desarrollado por MEASURE para calcular el nivel de madurez de interoperabilidad en el sector salud. En el ámbito relacionado con la protección de datos, se puede hacer uso de hackeos éticos o implementar la herramienta de autoevaluación de ciberseguridad desarrollada por el BID.
Aplicaciones y servicios digitales del sector
¿Qué implica?
Las aplicaciones informáticas que se necesitan desarrollar, integrar, evolucionar, mantener y desplegar con el propósito de mejorar la atención de salud. Entre las principales herramientas de este sector están la HCE y las aplicaciones de telemedicina o de inteligencia artificial.
Herramienta de medición del nivel de madurez de las instituciones de salud para implementar servicios de telemedicina
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¿Cómo evaluarla?
El Modelo de madurez para telemedicina desarrollado por el BID
y la OPS, así como el Modelo de madurez de la historia clínica electrónica
digital (HCE), el modelo EMRAM de HIMSS y la malla de validación de la historia clínica electrónica
desarrollada por el BID son buenos puntos de partida.
En el ámbito clínico, un diagnóstico rápido y preciso podría significar la
diferencia entre la vida y la muerte. De manera similar, la evaluación constante,
confiable y acertada de los sistemas sanitarios, basada en las herramientas
concretas creadas para esta, marcará una diferencia entre el éxito y el fracaso de
una TD.
