Cuando se nos pregunta a los pacientes, qué opinamos de nuestros sistemas de salud en ALC, se hacen evidentes las importantes áreas de mejora que aún existen. El 88% creemos que el sistema de salud de nuestro país necesita cambios fundamentales para funcionar mejor y tan solo el 40% calificó la calidad de sus servicios de salud como “muy buena” o “excelente”.1 En particular, solemos expresar demandas relacionadas con un mejor acceso a los servicios y con un mejor uso de nuestra información para lograr un sistema más eficiente y de mejor calidad. En efecto, aún la mitad de nosotros reportamos no poder agendar citas con médicos en forma digital y consideramos que los especialistas de salud no cuentan con información suficiente sobre nuestros antecedentes.2 Naturalmente, esta situación nos molesta… Sabemos que nuestra información médica existe, pues la hemos reportado mil veces. También sabemos que existen las tecnologías para agilizar el uso de esa información, pues tenemos (aunque no todos) un teléfono celular que usamos a diario.
“Así como Gutenberg democratizó la lectura, existe la posibilidad de que los teléfonos inteligentes democraticen la medicina. En última instancia, eso se logrará cuando cada individuo tenga acceso directo y sin restricciones a todos sus datos e información de salud”3.
- Eric Topol -
En este contexto, la era de la salud digital conlleva grandes promesas para nosotros. Esperamos que la transformación digital sea sinónimo de la creación de sistemas de salud más centrados en nosotros y en nuestras necesidades, con mayor calidad, eficiencia y accesibilidad a los servicios. Esperamos que la salud digital cumpla con la esperanza de avanzar hacia una mayor “democratización” de la salud,4 en la que tengamos cada vez más acceso y manejo directo de nuestra información de salud y tengamos un papel mucho más activo en nuestro cuidado. Esperamos que la salud digital alimente un proceso de reenfoque más equitativo hacia los pacientes en toda nuestra diversidad, como centro del sistema de atención.
Yo, paciente en la era digital, debería poder contar con un expediente clínico con mis datos de salud actualizados, confiables y de fácil acceso, asi como tener a mano mis resultados de consultas médicas, de pruebas de laboratorio y de imagenología. Debería poder, en un clic, agendar una cita con un médico o procesar solicitudes a mi asegurador.
Yo paciente - Mercedes Viera
Conoce la experiencia de una usuaria de las herramientas de salud digital en Uruguay.
Sistemas de HCE
Con las soluciones de telemedicina, yo, paciente, debería tener un acceso más eficiente a los servicios de salud, en especial en aquellas zonas del país donde escasean los profesionales y los servicios especializados. También sé que las soluciones digitales pueden facilitarme el acceso a contenidos educativos, de prevención y promoción de la salud, y pueden ayudar a un mejor monitoreo de mi salud, en especial si, como millones de mis pares, sufro de una enfermedad crónica que requiere un seguimiento continuo. Durante la pandemia, me ha quedado muy claro que las herramientas de salud digital me pueden ayudar a tener acceso a información clave de salud pública sobre la propagación o contención del virus, y me pueden ayudar a tener un mejor manejo de mis certificados de pruebas o de vacunación. En fin, en la era de la salud digital, yo, paciente, sé que me puedo sentir más empoderado. Sé que gracias a la salud digital, el personal de salud tendrá acceso no solo a mi información e historia clínica, sino también a los conocimientos más actualizados para brindarme servicios de mayor calidad y a las herramientas más novedosas para el diagnóstico e información sobre la efectividad de posibles tratamientos.
Por esta razón, como muchos de mis pares, exijo más y mejor salud digital en mi país. Si bien aún existen pocos datos, en varios países del mundo esto es una realidad. En Canadá, por ejemplo, el 91% de los usuarios que fueron encuestados durante la pandemia estaban satisfechos con su experiencia de atención virtual, y más de las tres cuartas partes (76%) estaban dispuestos a usarla después de la pandemia.5 Los pacientes encuestados consideraban los servicios de salud digital de forma especialmente positiva para el cuidado de enfermedades crónicas o para procesos rutinarios como, por ejemplo, la renovación de recetas médicas, el acceso a resultados de pruebas, el acceso a su historial y antecedentes médicos desde cualquier lugar y en cualquier momento.6
En América Latina y el Caribe, la pandemia ha marcado un importante cambio en nuestra percepción de la salud digital. Un estudio del BID muestra que el 60% de los usuarios encuestados está dispuesto a compartir sus datos de salud para combatir el virus, siempre y cuando se haga en un ambiente seguro y protegido y se traduzca en beneficios para ellos, su familia y su comunidad. Más del 70% de los pacientes expresaron la voluntad de contar con aplicativos que permitan reportar síntomas, 75% pidió soluciones digitales para recibir información relacionada con la exposición al virus, y más del 85% aprobó el uso de tecnología para asegurar una buena implementación de las medidas de distanciamiento y confinamiento.7
A su vez, yo, paciente, soy consciente de los riesgos y de las posibles limitantes en la era de la salud digital. Mi primera preocupación en este nuevo mundo tiene que ver con el tratamiento ético y seguro de mis datos de salud. Los temas de protección de datos personales y sensibles son una de mis principales exigencias. Como muchos de mis pares, quiero garantías legales y técnicas al respecto. También, sé que la salud digital puede ser un reto para ciertos grupos de pacientes que enfrentan barreras de acceso en términos de conectividad, acceso a los dispositivos o bajas habilidades tecnológicas. Para ciertos públicos y pacientes, como por ejemplo las personas mayores o las personas con menores habilidades digitales, la salud digital puede ser intimidante, lo cual requiere buscar soluciones adaptadas a cada público objetivo y combinar siempre los canales digitales con los canales de atención tradicionales en persona. Yo, paciente, exijo que la salud digital sea para todas y todos.
Referencias:
1 BID, Desde el paciente: Experiencias de la atención primaria de salud
en América Latina y el Caribe, (Washington D. C.: BID, 2018).
2 Ibid.
3 Eric Topol, The Patient Will See You Now: The Future of Medicine Is in
Your Hands, (New York: Basic Books, 2015).
4 Topol, The Patient.
5 Canada Health Infoway, “Consulting Canadians on the Future of Their
Health System: a healthy dialogue”, (noviembre de 2020),
https://www.infoway-inforoute.ca/en/component/edocman/resources/reports/3850-a-healthy-dialogue-executive-summary
6 Government of Canada, “Digital Health Services Survey: What We Heard
from Canadians”, Competition Bureau, (febrero de 2021), https://www.competitionbureau.gc.ca/eic/site/cb-bc.nsf/eng/04573.html
7 BID, 2021, encuestas a usuarios sobre salud digital